Pbro. Tomás de Híjar Ornelas
A las 16 horas del lunes 14 de agosto del año en curso 2017, Enrique Alfaro Ramírez, Presidente Municipal de Guadalajara, develó, como parte del proyecto Arte Urbano, que lanzó para sembrar en espacios abiertos y públicos de la capital de Jalisco nuevas esculturas públicas, la monumental propuesta plástica ‘Sincretismo’, del artista tapatío Ismael Vargas (1945), montada en el camellón de la avenida del Federalismo Norte, entre las calles de Juan Álvarez y Hospital, división de los antiguos barrios del Santuario de Guadalupe al este y de la Capilla de Jesús al oeste.
La pieza, que tuvo un costo para el erario de 5’200 000 pesos, consiste en dos planchas de acero calado de 3 metros de ancho y 9 de altura, más la base de concreto que le añade otros dos.
DEL TEMA
Hace varios meses, por conducto del maestro Ricardo Duarte, el autor de la obra charló con quien esto escribe, profesor de Iconografía Cristiana en la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente, lo tocante al contenido y forma de proyecto, enfatizando don Ismael su aprecio por las imágenes religiosas cristianas.
Luego de analizar el boceto, consistente en la intersección de dos planchas con la impresión, bajo la técnica del calado, de las siluetas superpuestas de la Virgen de Guadalupe y de la diosa Tonantzin – Coatlicue, cuyo nombre náhuatl etimológicamente quiere decir “La de la falda de serpientes” y que en el panteón mexica era no sólo la esposa de Mixcóatl y madre de todos los dioses, entre ellos Quetzalcóatl y Huitzilopochtli, sino también la de todos los hombres y de toda la creación, para acabar pronto.
LA INTERPRETACIÓN
A la pregunta de que si era irreverente intercalar una silueta alusiva al ícono de Nuestra Señora de Guadalupe con atributos de la divinidad pagana Tonantzin- Coatlicue, respondí por escrito que tratándose de una versión personal del modo como se fusionaron dos elementos culturales cuidadosamente explorados en el libro “Quetzalcóatl y Guadalupe: la formación de la conciencia nacional en México”, de Jacques Lafaye, y no de un proyecto de carácter religioso, como algún ingenuo lo ha señalado de forma tonante, la palabra ‘Sincretismo’ lo explicaba todo, pues alude, precisamente, a la combinación de distintas teorías, actitudes u opiniones.
Por lo demás, en el campo del fenómeno religioso las ciencias sociales usan el término para describir el influjo que una segunda religión ejerce sobre una primera, como pasó a partir de 1520 entre los habitantes originarios del macizo continental al tiempo del arribo del cristianismo en esta parte del mundo.
Ismael Vargas, del que se acaba de presentar una escultura urbana alusiva al maíz que él donó al municipio de Zapopan, se ha distinguido en el campo de la plástica nacional por su forma particular de apropiarse de los elementos simbólicos de los productos culturales de los mexicanos, tales como las producciones artesanales o los motivos religiosos, festivos y lúdicos.
LOS DESTINATARIOS
Considerando que la escultura, insertada en una arteria de intenso tránsito vehicular, tiene una planta que evoca los cuatro puntos cardinales y una visión decantada de dos estampas señeras de la cultura mexicana, es deseable que llegue a ser tan visualmente atractiva como emblemática es su ubicación, en el confín poniente del viejo barrio que lleva el nombre del primer templo construido a la Virgen Morena en esta ciudad.
Por lo que toca al rango de aceptación de la obra, a su pertinencia y arraigo, serán el tiempo y los viandantes quienes lo consoliden, como pasó a la cercana mole pétrea del templo de Nuestra Señora del Refugio, salvado de la picota hace cuatro décadas en el marco de la apertura de la avenida del Federalismo, esa herida a la fisonomía urbana no cauterizada del todo pese a los muchos años que han pasado; el edificio, por su caprichoso emplazamiento, ha terminado siendo un llamativo y vistoso hito urbano.
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